Aprender a cocinar: ¡El verdadero reto de una vida sana!
Estoy segura que muchos se sentirán identificados con el tema de hoy: ¡Aprender a cocinar!. Yo tengo mi historia con la cocina, así como tú y mi intención es contarte toda la evolución que he tenido tanto física como mental desde que decidí que aprender a cocinar era necesario para una vida sana.
Desde que era pequeña nunca tuve la intención de aprender a cocinar, mi mamá siempre cocino delicioso y disfrutaba hacerlo, era su forma de «consentirnos» y demostrarnos cuánto nos quería, sin embargo nunca nos involucro con la cocina. Mi mayor acercamiento era picar, limpiar, lavar y desinfectar, ¡las tareas aburridas y pesadas!.
Creencias limitantes: Aprender a cocinar para desarrollarte como mujer
Conforme fui creciendo, escuchaba de diferentes personas la creencia de «cocinar como tarea indispensable para la mujer» e incluso calificar a una «buena mujer» por sus habilidades gastronómicas. Esta pensamiento formo en mi un rechazo por lo cuál me propuse NO aprender a cocinar.
Cuándo comencé a cambiar mis hábitos de alimentación no creía indispensable el aprender a cocinar, siempre encontraba una forma de «solucionarlo» como recetas fáciles y sin duda el apoyo de mi mamá, ya que ella seguía encargándose de la comida en casa. Pero cuándo decido casarme empiezan de nuevo estás creencias limitantes que las personas tienen y te hacen sentir que son impedimentos para tus decisiones, preguntas como: ¿y ya sabes que vas a cocinar?, ¡Uy a ver si no se mueren de hambre!.
En general estamos llenos de creencias que nos han transmitido nuestros papás, amigos o la sociedad y gran parte de las veces nos limitan y nos paralizan. Sabemos que son creencias limitantes porque nos impiden crecer y justifican esos «miedos» que nos hemos creado.
Aprender a cocinar no es indispensable para ser mujer, pero si para llevar una vida más saludable y consiente
Cuándo me casé, me mude a la Ciudad de México y junto con todos los cambios que esta decisión trae a la vida de cualquier humano me encontré con el mismo cuestionamiento de varios años atrás; aprender a cocinar ¿Si o no?. Más allá de las ideas que pudieron pasar por mi mente cómo ¿Por qué tengo que hacerlo yo y no el?, decidí hacer aún lado esta vocecita dentro de mi que no me estaba dejando avanzar por mis miedos a sentirme «dominada» o «inferior» y disponerme a crecer y cambiar mi pensamiento para lograr mis propósitos de salud y ver las cosas como oportunidades y no como tragedias.
Descubrí que cocinar es una ocasión para demostrarnos cuánto nos queremos. Nos permite tener un mayor control de la calidad de nuestros alimentos y nos da el poder de ver cada comida como un momento para nutrirnos o simplemente comer por comer, ¡Tu decides!.
Además es una buena oportunidad para practicar nuestra creatividad, jugar con las combinaciones de especias, alimentos, condimentos, nos da un sin fin de posibilidades y esto para las personas que nos gusta cuidar nuestra salud es una bendición, porque aprendes a disfrutar realmente cada comida y empiezas a entender que comer saludable NO ES ABURRIDO, únicamente teníamos una mala concepción de la alimentación, creada por la publicidad y la forma en que nos han «educado» por años por medio de la televisión, revistas, radio, etc.
Mi consejo es: ¡Atrévete a cocinar!, no dejes que nadie te diga que no eres capaz, no te compres la idea de que no naciste para cocinar y que no eres bueno para preparar ni un huevo. La cocina es una habilidad que todos podemos desarrollar, es tan noble que nos deja experimentar en cada ocasión, es prueba y error.
Evoluciona y cree que cocinar es más que una tarea para un género en específico, involúcrate con tu vida y tus decisiones. Date la oportunidad de probar nuevas combinaciones y no tengas miedo.
¡Bienvenido al cambio!