“No tienes que esperar el lunes ni el primero de enero para empezar el cambio”
Esta frase me encanto para comenzar con la platica de hoy. Cuántas veces no hemos creído que para cambiar los malos hábitos deben empezarse el lunes y de golpe.
Corremos a tirar todo lo de la despensa, a inscribirnos al gimnasio y comprar todos los suplementos de moda que nos “ayudarán a ponernos en forma”. Y en 1, 2 por 3 nos encontramos en la misma situación, otro lunes con la misma meta y que ¿A tirar todo de nuevo?
La buena noticia es que no, no es así… Lograr cambiar de nuestros malos hábitos es un camino largo, dónde además siempre tendremos algo por mejorar y en lo personal creo que es parte de lo interesante de la vida. Mi intención es ayudarte a cambiar la forma de ver el proceso de cambio de hábitos y dejar de visualizarlo como algo “momentáneo” que nos ayudará al objetivo que tenemos en mente a corto plazo e invitarte a verlo como los escalones que te ayudarán a disfrutar y vivir realmente una vida saludable, mental y física.
Porque ¿De que sirve abandonar nuestros malos de hábitos si vamos a vivir odiando los nuevos?
Nadie espera cambiar de hábitos para ahora tener el problema de disfrutarlos y créanme muchas personas viven así, en restricciones, odiando lo que comen y lo que hacen. Y gran parte de las veces es solo por el enfoque. Yo mucho tiempo la pase así, pensaba que ¡Para que si no estaba TAAN mal! ese siempre era mi consuelo, si no estoy taan mal, ¡no tengo sobrepeso! ¿Para qué? y obviamente esto me llevaba a evadir mis responsabilidades y hacer lo menos por mi.
Y créanme no se trata de “no estar tan mal” porque además de descubrir que la nutrición no solo es una cuestión física, es más me atrevería a decir que va mucho más relacionada con la parte interior que con la exterior, a diferencia de lo que nos han hecho creer.
Se trata de hacernos responsables y comprender que nuestra salud sólo depende de nosotros, dejar de quejarnos de la genética, la industria, los malos hábitos que nos acompañaron por años, el ambiente dónde me relaciono o “n” cantidad de excusas que a diario nos ponemos.
Y ahora que tomaste la decisión de cambiar los malos hábitos ¿Qué sigue?
Cuando tomamos esa GRAN decisión nos encontramos con muchas preguntas en el camino, si no hago tal cosa “ya no soy saludable”, tendría que dejar de hacer “tal cosa” para poder serlo o ser saludable es lo mismo que “sacrificio constante”.
Estas preguntas muchas veces resultan piedritas que nosotros mismos nos ponemos por miedo a crecer y es normal. Pero te aseguro que si visualizas los cambios como positivos y aprendes a ver tu vida como tu proyecto más importante, entenderás que no hay prisas, que de esto se trata la vida pero siempre ten el entusiasmo y la tenacidad para trabajar en ti, cada cambio por pequeño que lo consideres será un ladrillo.
Investiga, prueba, inténtalo y ten el coraje de cambiar. OJO: cambiar no significa que lo hacías mal quiere decir que estás listo para nuevas cosas. Así que procura no juzgar a aquellos que aún no deciden hacerlo, no te desesperes ¡No estás solo!
Malos hábitos alimenticios: Un hábito a la vez, ¡Si puedes cambiarlo!
Si queremos hacer cambios duraderos debemos verlo como un proyecto, ¿Cómo harías para poder llevarlo a la acción?
Posiblemente en listarías las tareas, las ordenarías por prioridad, revisarías el material que necesitarías y crearías una estrategia para lograrlo. De igual forma debe ser tu proyecto de cambio de hábitos.
Debes crear una táctica para que puedes ponerlo a trabajar. Y muchas veces hacemos lo contrario, decimos que queremos cambiar y hacemos hasta lo imposible para no lograrlo.
Mi sugerencia sería:
- Evalúa tu situación actual, siendo totalmente honesto contigo. ¿A que me refiero? Si comes 4 días en la calle y 3 en la casa es así, y nada de “Siempre como casero y si como en la calle busco las mejores opciones”, la comida en de la calle jamás será igual a una comida en casa.
- Escribe el objetivo que buscas y abajo de el en lista las razones por las cuáles quieres hacerlo, se específico. No es lo mismo “querer ser saludable a querer bajar de peso” y tampoco es lo mismo “bajar de peso a perder 5 tallas de ropa.
- En lista los hábitos que deseas trabajar. Te recomiendo pensar desde lo básico, desmenuza tu “problema” en pequeñas hebritas de forma que sea más fácil laborar.
- Ordena los hábitos según lo consideres, puede ser del más fácil al más difícil, por orden de importancia o como desees. ¡Crea tu estrategia!
- Ahora si escoge 2 o 3 hábitos máximo para trabajar y ejecútalos por 1 o 2 semanas, si en ese período no lo lograste, evalúa qué paso y vuelve a intentarlo. ¡No te estreses si regresas!, y si te pasa vuelve a leer los motivos por lo cuál lo estás haciendo.
Cómo te pudiste dar cuenta, la vida no es una carrera… no se trata de “llegar más delgado e impecable”, se trata de disfrutarla y para hacerlo hay que sentirla y para eso necesitas salud.
Te pondré un ejemplo, cuándo me casé me mude a la Ciudad de México. Yo, ya llevaba unos años trabajando en mis hábitos, incluso antes de la Boda estuve en un régimen más estricto. Pero al momento de llegar a lo que hoy en día es mi casa, sabía que venían muchos cambios a mi vida cómo adaptarte a una nueva ciudad, estilo de vida, convivencia, etc.
Entonces decidí que era momento de no preocuparme tanto por querer poner en práctica nuevos retos físicos y que la mejor opción en cuestión salud era solo centrarme en seguir con los hábitos que hasta ese día había implementado.
¡No era momento para ponerme en una dieta súper estricta!
Era tiempo para probarme que todo lo que había practicado durante años era capaz de ejecutarlo sola y después ya en un ambiente más estable, sintiéndome más segura y más tranquila, ahora si retarme a un cambio más.
Cómo vez, la vida tiene etapas y hay que gozarlas; para eso será recomendable crear un plan de acción que te funcione y te mantenga motivado.
